La muñeca okiku
Esta más que una leyenda urbana podría tomarse casi como un hecho verídico, bueno creo es hora de relatarles la historia, la cual es asi.
Es bien sabido por todos que la finalidad de un juguete es entretener hasta podría decirse servir de compañia, en este caso se dice que había una pequeña niña de nombre kikuko Suzuki la cual por azares del destino enfermo en el año de 1932; cayendo en cama, a lo cual su hermano eikichi le compró y obsequió una pequeña muñeca , la cual siempre estuvo con ella desde entonces, y tuvo por bien llamar okiku, lamentablemente la infante kikuko pereció en 1933, y como dicta la tradición japonesa al cremar a la persona se realiza junto con sus objetos más estimados, lamentablemente o debido al dolor que sufría su familia no incluyó a la pequeña muñeca, así que decidieron conservarla.
Fue colocada junto al altar de la pequeña, al pasar de los días se percataron que a la muñeca comenzaba a crecerle el cabello, lo cual no era algo natural de la muñeca.
Le llegó a crecer tanto que su larga cabellera ya pasaba de su cintura, la familia de kikuko la corservaba ya que tenían la creencia de que el alma de su hija estaba al interior de la muñeca, sin embargo con el estallido de la segunda guerra mundial, en el año de 1939 la familia decide mudarse y dejar la muñeca a cargo de los sacerdotes del templo manejo en iwamizawa, japon, estando al tanto de lo que le pasa al juguete.
Con el pasar de los años ya han tomado como rutina el cortar el cabello de ikuko, y manteniéndola a la fecha a su resguardo.
Es bien sabido por todos que la finalidad de un juguete es entretener hasta podría decirse servir de compañia, en este caso se dice que había una pequeña niña de nombre kikuko Suzuki la cual por azares del destino enfermo en el año de 1932; cayendo en cama, a lo cual su hermano eikichi le compró y obsequió una pequeña muñeca , la cual siempre estuvo con ella desde entonces, y tuvo por bien llamar okiku, lamentablemente la infante kikuko pereció en 1933, y como dicta la tradición japonesa al cremar a la persona se realiza junto con sus objetos más estimados, lamentablemente o debido al dolor que sufría su familia no incluyó a la pequeña muñeca, así que decidieron conservarla.
Le llegó a crecer tanto que su larga cabellera ya pasaba de su cintura, la familia de kikuko la corservaba ya que tenían la creencia de que el alma de su hija estaba al interior de la muñeca, sin embargo con el estallido de la segunda guerra mundial, en el año de 1939 la familia decide mudarse y dejar la muñeca a cargo de los sacerdotes del templo manejo en iwamizawa, japon, estando al tanto de lo que le pasa al juguete.
Imagen tomada de Google Earth del templo mannenji.
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