El callejón del muerto
En el año 1600, en la calle alzures, ahora república dominicana en el centro histórico de la ciudad de México, hacia su aparición un espectro alto, pálido, con pelo lacio, se le observaba una barba bastante espesa.
En ese callejón había una casa muy bonita la cual pertenecía a Tristán alzures, hijo de don Juan quien al fallecer le dejo todo a su hijo, se decía que era una excelente persona a lo cual le pusieron su nombre a la calle.
Cierto día Tristán al ya no escuchar comentario alguno del espectro, decidió por su cuenta el saber la veracidad de esa historia, a altas horas de la noche vió al espectro y le gritó ¿Te exijo digas si eres alma de otro mundo?, Dando solo como respuesta un gemido, preguntó 3 veces más; obteniendo la misma respuesta, pero de repente el alma en pena le respondió "4 pasos antes de tu lecho, cava en el suelo, ahí encontrarás una pequeña caja y no la abras, llevarla al arzobispo a la mañana siguiente para que el disponga".
A la mañana siguiente Tristán cumplió su encomienda, así que el arzobispo procedió a abrir la caja, en su interior una nota la cuál decía, "si no eres una persona Santa o consagrada dejé de leerla, si fuera sacerdote siga leyendo".
"Soy Tristán López de alzures maté a mi amigo Fernán Gómez, propietario de minas y haciendas en Guanajuato, al cual di alojamiento, comida y mientras dormía le clavé un puñal en el pecho quedándome con sus riquezas, el cuerpo lo escondi en un rincón mientras los sirvientes no hacían acto de presencia".
Entonces el arzobispo tomó la decisión de buscar el cuerpo y darle cristiana sepultura mientras que a Tristán se extrajo su cuerpo inerte y se le ahorcó frente a su casa en una horca que fue construida, los habitantes se dieron cuenta que el cuerpo de Tristán llevaba un pendiente de filigranas y esmeraldas, el cual se le podía observar al espectro del callejón.
Nunca más se avistó al espectro después del acto público, sin embargo hasta la fecha continúa siendo el callejón del muerto.
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